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El 27 de noviembre de cada año, todos los que formamos parte de las Escuelas Pías recordamos a nuestro Padre, San José de Calasanz, y celebramos con alegría su patrocinio sobre nosotros y todas las escuelas populares cristianas del mundo. Nos sentimos felices y orgullosos de su vida, de su palabra, de su testimonio, y sobre todo, de su amor entregado por los niños y jóvenes, sobre todo los más pobres.

En el mensaje de este año deseamos compartir con todos vosotros una pequeña-gran experiencia que hemos vivido estos días en Roma. Como todos sabéis, se ha celebrado un Congreso Mundial de la Educación Católica. El acto de clausura estuvo presidido por el Papa Francisco. En él, un escolapio de Senegal, el P. Samson Ehemba, presentó al Papa nuestra escuela de Sam Sam, presentándola como una experiencia de educación inclusiva, inspirada en San José de Calasanz.

Delante de toda la Escuela Católica, y ante la escucha atenta del Papa Francisco, el P. Samson dijo: “Nosotros, los escolapios, entregados a la tarea de la educación de los niños y jóvenes, nos sentimos herederos del carisma de nuestro querido Padre Fundador, San José de Calasanz. No debemos ahorrar ningún esfuerzo para ofrecer a los niños y jóvenes, sobre todo a los que tienen dificultades en el sistema educativo o son rechazados por él, la oportunidad de acceder al mensaje humanizador de Jesús, el Señor, por la educación desde los valores del Evangelio”.

Es cierto que Calasanz y su propuesta son exigentes. No basta con amarle, queridos hermanos. Debemos aprender de él, amando lo que él amó. Por eso, celebrar el patrocinio de Calasanz nos   pide hacer un esfuerzo por aquellos que serían sus preferidos: los niños pobres y aquellos que tienen más dificultades para acceder a la educación.

A todos os deseamos una feliz y escolapia celebración de San José de Calasanz.

La Congregación General de las Escuelas Pías