Seleccionar página

058Nos llega desde el Secretariado Calasancio esta aportación cuando se acerca el día de Calasanz.

“La familia religiosa escolapia, con actitud humildemente agradecida, se reconoce como obra de Dios y del afortunado atrevimiento y tesonera paciencia de San José de Calasanz. Porque él, bajo el soplo del Espíritu, se entregó en cuerpo y alma a la educación cristiana de los niños, especialmente de los pobres, en espíritu de inteligencia y piedad.” (Constituciones de las Escuelas Pías, 1)

 25 de agosto, solemnidad de San José de Calasanz

Hoy es un día de alegría y gratitud. Hoy es un día para sentir con vivacidad la relación que personal y comunitariamente tenemos con nuestro santo Fundador. Estamos alegres porque Dios nos habla a través de Calasanz.

  •  En Calasanz, Dios nos dice que es posible una vida sencilla, atenta a la voz del Espíritu Santo, llena de fidelidad a la propia vocación y entregada al servicio de los niños y de los jóvenes.
  • En Calasanz, Dios nos dice que las tribulaciones y contrariedades de la vida no tienen la última palabra, y que más bien son circunstancias donde nuestro espíritu se purifica, profundizamos en nuestro propio conocimiento y sentimos mejor cómo el amor de Dios nos sostiene.
  • En Calasanz, Dios nos dice que entregar nuestros dones y talentos en la tarea generosa de educar a los pobres es la mejor manera de transformar la sociedad.

 La relación personal con Calasanz

En un momento de reflexión personal, puedes meditar estas preguntas para crecer en tu vocación calasancia:

  •  ¿Cómo es tu relación con Calasanz? ¿Cuáles son los aspectos de la vida de Calasanz que más te llenan de alegría y esperanza?
  • De lo que conoces de la espiritualidad calasancia, ¿qué es lo que más alimenta e inspira tu propia manera de vivir la espiritualidad como escolapio?
  • Haz una oración de acción gracias por tu vocación escolapia y siéntete unido en lo más profundo del corazón a Calasanz.